Jesús Ibáñez: "Nosotros no somos responsables del cambio climático"
Jesús Ibáñez es presidente de ATUDEM, el organismo que agrupa a las 35 estaciones de esquí y de montaña de España, y máximo responsable de CETURSA, la empresa pública que gestiona la estación de esquí de Sierra Nevada (Granada). Ibáñez, gestor de largo recorrido en la industria de la nieve, tiene una visión panorámica del sector en España y ofrece en esta entrevista una opinión desacomplejada sobre la controversia surgida en Aragón con el proyecto de unión de las estaciones de esquí de Astún y ARAMON Formigal. Asegura que la industria de la nieve tiene futuro en nuestro país y defiende su importancia para generar economía y fijar población en la España vaciada, donde se ubica la mayor parte de estaciones de esquí españolas.
¿Cuáles son las expectativas de la industria de la nieve española ante la nueva temporada?
Desde hace varias temporadas venimos mejorando, cada vez tenemos más clientes y se muestran más satisfechos. Mejoramos cada año en número de clientes, inversión y gasto medio. No hay duda de que somos un sector especialmente sensible a las crisis económicas y en nuestro país desde la de 2008 hemos sufrido varias, incluida la pandemia. La mejor temporada que hemos tenido fue la de 2007-2008, en la que estuvimos cerca de alcanzar los seis millones de esquiadores en todo el país. Desde entonces nunca hemos pasado de los cinco millones, pero hay otros índices tan importantes como el del grado de satisfacción de los clientes, que es altísimo.
¿Qué opinión tiene de toda la controversia generada hace unos meses en Aragón con el proyecto de unión de Astún y ARAMON Formigal a través de Canal Roya?
El sector de la nieve en nuestro país genera economía y ayuda a fijar población en zonas rurales, en lo que se conoce como la España vaciada. Si no existieran las estaciones de esquí, estos territorios lo tendrían más difícil para subsistir. Quienes gestionan las estaciones son los que se llevan la parte más pequeña del pastel, pero, sin embargo, generan riqueza en otros muchos sectores del entorno. Canal Roya no es ni Parque Nacional ni Parque Natural, se pueden desarrollar proyectos fijando compensaciones, planes de restauración y acciones para minimizar impactos, pero no entiendo la negativa rotunda. Territorios como Andorra, que han hecho de la nieve una cuestión de estado, el Pirineo francés o los Alpes siguen generando nuevos proyectos, haciendo grandes inversiones y expandiéndose mientras nosotros, que representamos a un sector que ayuda a la desestacionalización del turismo de verano en España, que es el más importante, nos ponemos grandes impedimentos. Nosotros somos a veces nuestros peores enemigos.
¿Cree que el Pirineo aragonés ha perdido una oportunidad para mejorar su competitividad y garantizar su futuro?
Si no se desarrollan otras alternativas en el futuro, sí. Pero estoy seguro de que el Pirineo aragonés tendrá más oportunidades, aunque en el caso de la unión de Astún y Aramón Formigal se contaba con fondos europeos que se han perdido. Y eso es una pena. ¿Tan dañino era construir un remonte en ese valle? Yo viajo por todo el mundo y veo telesillas, teleféricos, grandes instalaciones en espacios de gran valor, pero se ha hecho con gran respeto porque ahora hay medios para hacerlo. Dolomitas era una de las zonas más pobres de Italia y ahora es una de las más prósperas gracias a la nieve. En Austria, un país altamente industrializado, la nieve sigue siendo un sector fundamental para su PIB. No entiendo que el debate en Aragón se cerrara sin plantearse alternativas, que seguro que las hay. El progreso es que la gente pueda vivir en el lugar que quiere, que no tenga que renunciar a sus sueños, que tenga las mismas oportunidades que quien vive en la ciudad.
¿Cómo pueden competir las estaciones de esquí españolas con Andorra, el Pirineo francés y los Alpes?
Tenemos un clima privilegiado, una temperatura más agradable que, por ejemplo, en los Alpes. Un estilo de vida muy divertido y precios muy competitivos tanto dentro como fuera de la nieve. Nuestra gastronomía es otro elemento que nos diferencia de nuestros competidores. Pero se compite también con inversión y crecimiento. Dolomiti Superski, que es la unión de 12 estaciones de esquí, presume de sus 1.200 kilómetros esquiables. Todo el mundo se está uniendo, pero cuidando al mismo tiempo su territorio, llevando prosperidad… nosotros somos empresas eléctricas, sostenibles, no somos responsables del cambio climático, no contaminamos.
Usted ha criticado en más de una ocasión que con dinero público español se está incentivando el esquí en las estaciones de Andorra…
Hay muchos mayoristas que ofrecen a sus clientes Andorra y no me parece mal. Lo que no entiendo es que muchos colegios de diferentes puntos de España vayan a esquiar a Andorra subvencionados por ayuntamientos y gobiernos autonómicos. No entiendo que se haga con dinero público, de nuestros impuestos, cuando hay tantos destinos de nieve en España o incluso en la Unión Europea, pues no hay que olvidar que Andorra no pertenece a la Unión Europea.
¿La viabilidad de las estaciones de esquí españolas pasa por ampliar cota y superficie esquiable?
Si nos queremos homologar a Europa, sin ninguna duda. El cambio climático hará que se tengan que buscar cotas más altas y ampliar dominios. En Aragón tenéis una oportunidad única que, si se logra desarrollar, será la envidia del resto del país y de otros muchos lugares de Europa. ¿Por qué queremos ser pequeños cuando podemos ser grandes? Yo siempre apuesto por ser grande. Andorra ha invertido grandes cantidades de dinero en el esquí para transformar la economía del país, ha modernizado sus instalaciones, se ha lanzado a organizar grandes competiciones internacionales y seguro que en un futuro optará a organizar unos Juegos Olímpicos.
¿De qué modo está afectando el cambio climático al negocio de la nieve en España?
¿Vamos a abandonar Barcelona o Málaga y sus playas por los efectos del cambio climático? ¿O tiene más sentido renovar sus paseos marítimos y adaptarse a las nuevas circunstancias? El cambio climático es una realidad, pero no nos debe conducir ni a la desesperación ni al abandono. Si nuestro sector miles de empleos, dinamiza la economía de los territorios y genera riqueza, ¿debemos de renunciar a todo esto ya? A lo largo de la historia se han registrado periodos más cálidos y otros más fríos, nosotros tenemos actualmente más kilómetros esquiables que nunca y más medios para medir y racionalizar los consumos energéticos a la hora de generar nieve artificial. No fomentamos un capitalismo salvaje, sino que generamos economía en territorios que necesitan fijar población.
¿Cómo se hace compatible el futuro de la industria de la nieve con las demandas de los grupos ecologistas?
Depende. Si lo que quieren es que cerremos y nos dediquemos a otra cosa, no es posible. Vivimos miles de millones de personas en un mundo que evoluciona constantemente y en el que hay muchos problemas; el cambio climático es uno de ellos, pero hay otros muchos. Nosotros no hemos contribuido al cambio climático y no es justo que se nos juzgue y se nos valore de una manera tan severa cuando hay otros muchos sectores de la economía global que sí que están contribuyendo a diario con su actividad a empeorar la situación. Nosotros estamos manteniendo actividades sostenibles que incluyen repoblaciones, conducciones de agua y mantenimientos respetuosos con el entorno… nosotros somos los primeros interesados en respetar el entorno en el que trabajamos.
Jaca siempre ha tenido gran tradición en la organización de competiciones internacionales vinculadas con la nieve y el hielo. ¿Cree que es un modelo que hay que recuperar?
Sin duda, más aún en un momento en el que se están organizando competiciones internacionales con fondos europeos, que ayudan a la promoción turística en zonas rurales, como son casi todas las que albergan estaciones de esquí. Hay que aprovechar este momento y Jaca siempre ha sido un ejemplo con toda la actividad que a lo largo de los años ha generado con sus palacios de hielo. La promoción internacional es la que te pone en el mapa, Sierra Nevada es conocida en el mundo por las competiciones internacionales que ha organizado. El problema es que en España no existe un cluster de la nieve como sí que existe, por ejemplo, en Francia. La disgregación de la promoción exterior a través de las comunidades autónomas ha impedido que exista una marca España vinculada a la nieve. Nos falta creernos que podemos ser una potencia en el mundo de la nieve.
